Adelgazar a los 30 años
Estás abonada a las dietas desde hace ya unos años… Lo has probado todo o casi todo y ¡ya estás cansada del efecto yo-yo! Para recuperar tu “peso ideal”, cárgate de fuerzas y sigue nuestros consejos
La treintena suele coincidir con una época de mucha estabilidad
emocional y personal. Sabemos cuál es nuestro “peso ideal”, con el que
nos sentimos bien y, sobre todo, el que podemos conservar sin demasiado
esfuerzo y sin estar pasando hambre continuamente.
Además, también
queremos terminar con el efecto yo-yo, consecuencia de dietas anárquicas
e imposibles. Los efectos a largo plazo son desastrosos: el organismo
se acostumbra a los periodos de privación y cada vez nos tenemos que
privar más y más para mantener un peso constante.
Estrategia
Conoces los
principios básicos de una alimentación equilibrada para adelgazar, pero a
veces te cuesta llevarlo a la práctica “el día a día”. Sin embargo,
verás que sí es posible conciliar los obstáculos de una vida activa con
una dieta. Organiza tus menús con antelación: tanto los tentempiés del
mediodía como las cenas; tómate tu tiempo para desayunar copiosamente
por la mañana. De esta manera, perderás esos dos o tres kilitos de más
sin sufrir y a largo plazo.
Ventajas
Eres capaz de llegar
hasta el final para conseguir tu objetivo de adelgazar, porque ya sabes
lo que es importante para ti y ya has adquirido un mayor control de tu
comportamiento alimenticio.
Trampas que debes evitar
Eliminar los
carbohidratos de tu alimentación Es algo normal cuando se trata de
alimentos que no comemos por placer… ¡cuando se preparan al “natural”!
Sin embargo, sin salsas ni añadidos son menos calóricos de lo que
imaginamos (50 g de pan o 1/4 de baguette, no aportan más de 125 Kcal,
lo mismo que un buen bol de pasta o de arroz hervido, 125 g
aproximadamente). Son alimentos que sacian mucho. Por este motivo,
siempre están presentes en cualquier dieta adelgazante en cada una de
las comidas, pero en pequeñas cantidades (y proporcional a la actividad
física).
Pasar de la materia grasa
Sabemos que contienen
mucha energía (¡75 Kcal por sólo 10 g de mantequilla y 90 Kcal por 10 g
de aceite!) y siempre nos dicen que debemos comer con menos grasa si
queremos gozar de buena salud cardiovascular. Pero queremos hacerlo tan
bien que nos pasamos. Prohibir completamente el aceite, significa
privarnos de los ácidos grasos insaturados, muy importantes para que las
células nerviosas y cutáneas se mantengan en buen estado. Eliminar la
mantequilla y consumir sólo productos lácteos desnatados, significa
asumir una posible carencia de vitamina A y D, que encontramos en los
productos lácteos. Intenta tomar unos 10 g de mantequilla y 10 g de
aceite al día.
¡A dormir!
Saca partido al sueño
y duerme lo suficiente. Está probado que un déficit de sueño modifica
las secreciones hormonales y favorece la reserva de grasas y el aumento
de peso. Sin olvidarnos de que tras una buena noche, nos encontramos más
descansadas y ¡con mejor aspecto!
Buenas ideas para los días de dieta
3 desayunos fuertes
Exótico Un té o un café Un vaso grande de leche fría batida con 1/2 plátano Una tostada + 30 g de queso light Un kiwi
3 soluciones para comidas rápidas
Club sándwich Un
sándwich comprado (¡sin mahonesa ni mantequilla!) con queso o atún 1
zumo de tomate Una manzana + un yogurt light o natural como tentempié
(yogur + zumo de limón +albahaca + 1 cucharada de café de aceite), en un
recipiente hermético Un yogurt light para beber
3 ideas para cenas-exprés
Picnic casero Ensalada de milamores + vinagreta ligera + 1 cucharada de café de aceite
cucharada de café de nata líquida
Una rodaja de rosbif
Menestra de verduras Queso descremado Una manzana asada al microondas
Nota: la menestra de verduras la puedes elegir en tarro, en lata o
congelada. También puedes sustituir la manzana asada en el microondas
por una compota natural.
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